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Hablar de las emociones es amplio y podríamos profundizar mucho, pero vamos a intentar dar unas pinceladas sobre algunas cuestiones para invitarte a pensar sobre este tema:

Existen varias distorsiones cognitivas que originan, en gran parte, el sufrimiento humano y originan el conflicto emocional.

Los problemas surgen cuando en vez de expresar de manera productiva nuestras emociones, estas generan un círculo vicioso de retroalimentación sobre los propios pensamientos. En estos casos, la emoción que sentimos afecta al pensamiento, y el pensamiento afecta a la emoción.

En así como, por ejemplo, la tristeza puede convertirse en depresión, el miedo en fobia, el enfado en resentimiento, la culpa en remordimiento, y la lista de emociones sigue…

Como dice Fred Kofman en su libro Metamanagement; la resolución de los problemas emocionales requiere un acto de consciencia y voluntad. Es imposible mejorar una situación mediante acciones inconscientes. 

Por lo tanto, la ignorancia o desconocimiento sobre los procesos emocionales que tenemos, es lo que genera dos errores:

1. Creer que la libre expresión de los impulsos que surgen junto a una emoción es algo positivo y efectivo. 

2. Creer que la represión de las emociones es una manera de controlarlas y así “evadirlas”.

Gestionar las emociones es un ejercicio diario que requiere consciencia, no es para nada una lucha de control ni una expresión desmedida que nos impulsa a actuar de modo que perjudique nuestras relaciones, nuestra integridad y nuestro propio bienestar.

La gestión emocional requiere escucharnos, reconocer la emoción, aceptarla, entender su raíz y respetarla, entendiendo el mensaje que tiene para nosotros.

Para sintetizar esto, cito a Fred Kofman, que nos dice: “Las emociones son buenas consejeras, pero pésimas dueñas. Es útil escucharlas y atender a sus pedidos, pero sin abdicar la responsabilidad de analizar su racionalidad y actuar con integridad”

Las emociones son respuestas adecuadas a las circunstancias de la vida que enfrentamos a diario. EEs decir que por ejemplo, es normal sentir tristeza cuando sufrimos una pérdida. Es saludable sentir miedo frente a la posibilidad de que algo o alguien querido esté en riesgo, ese miedo es la energía que nos indica protección hacia aquello que uno quiere y valora. Y la lista de emociones sigue..

El trabajo personal consciente nos permite relacionarnos de manera sana con nuestras emociones y gestionarlas para que podamos accionar alineados con nuestros valores y objetivos, y que no nos dominen generando consecuencias no deseadas en nuestra vida.

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